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Video homenaje del Bicentenario de la Independencia

    La Declaración de Independencia de la Argentina fue una decisión tomada por el Congreso de Tucumán que sesionó en la ciudad de San Miguel de Tucumán de las entonces Provincias Unidas del Río de la Plata. Con dicha declaración se hizo una formal ruptura de los vínculos de dependencia política con la monarquía española y se renunció a toda otra dominación extranjera. Fue proclamada el martes 9 de julio de 1816 en la casa propiedad de Francisca Bazán de Laguna, declarada Monumento Histórico Nacional en 1941.

    Antecedentes

    En 1814, el rey Fernando VII había regresado al trono de España. Esta situación quitó argumentos de acción a los hombres que habían iniciado la Revolución de Mayo e instaurado la Primera Junta —y los gobiernos que habían sucedido a ésta— bajo la premisa de la Máscara de Fernando VII. Ya no podían actuar en nombre del rey de España porque éste volvía a estar en el poder efectivo. España quería reconquistar sus colonias; los «realistas» (los partidarios del colonialismo) habían triunfado en Huaqui, Vilcapugio y Ayohúma, y eran fuertes en el Alto Perú, la actual Bolivia. Desde allí pensaban atacar las bases de los independentistas e invadir todo el territorio de Argentina teniendo como objetivo la ciudad de Buenos Aires.

    El 15 de abril de 1815, una revolución terminó con el gobierno unitario de Carlos María de Alvear. Los revolucionarios exigieron la convocatoria de un Congreso General Constituyente. Inicialmente se enviaron diputados de todas las provincias iniciando las sesiones el 24 de marzo de 1816. Cada delegado representaba 15.000 habitantes.

    Sin embargo la situación de los patriotas independentistas en su frontera noroeste no estuvo asegurada hasta que en marzo de 1816 el porteño centralista José Rondeau aceptó firmar el Pacto de los Cerrillos con el caudillo salteño, (cuando Salta incluía no solo a la actual provincia de Salta sino también a Jujuy, Tarija y Antofagasta extenso y estratégico que era en ese momento el frente de guerra contra los españoles), Martín Miguel de Güemes, el Pacto de los Cerrillos aseguró la libertad de los territorios liberados ya previamente por el Manuel Belgrano y posibilitó que José de San Martín pudiera avanzar contra los españoles y colonialistas más allá de los Andes hasta el Ecuador y mientras por el oriente y noreste José Gervasio Artigas y sus aliados defendían al noreste de las incursiones españolas y portuguesas-brasileñas 2 pese a las actitudes ambiguas de personajes como Pueyrredon, Carlos María de Alvear o Bernardino Rivadavia y otros.

    El Congreso de Tucumán

    Casa de La Independencia en San Miguel de Tucumán.
    Artículo principal: Congreso de Tucumán
    El Congreso de Tucumán inició sus sesiones el 24 de marzo de 1816 con la presencia de 33 diputados. Según la decisión de los propios delegados, la presidencia del Congreso era rotativa y cambiaba cada mes.

    Fueron distintas las causales por las que no enviaron diputados diversas provincias que habían pertenecido al Virreinato del Río de la Plata.

    Varias provincias del Alto Perú, entre ellas Potosí, Cochabamba, La Paz y fuera del Alto Perú la de Santa Cruz de la Sierra que había logrado se libertada por Ignacio Warnes cuando creó la Republiqueta de Santa Cruz , habían caído nuevamente en poder de los colonialistas promonárquicos autodenominados «realistas». Empero gracias a la Tercera expedición auxiliadora al Alto Perú enviaron diputados Chichas, Charcas y Mizque.

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    Distinta fue la situación de las provincias «de abajo». Salvo Córdoba, las provincias de la Liga de los Pueblos Libres o Liga Federal —que estaba compuesta por la Provincia Oriental (sector principal de la Banda Oriental), Corrientes, Entre Ríos, Misiones y Santa Fe— resolvieron no concurrir al Congreso de Tucumán. El caudillo de la Provincia Oriental; José Gervasio Artigas se había opuesto a la ratificación definitiva del acuerdo de paz alcanzado en el Pacto de Santo Tomé, firmado el 9 de abril de 1816, por el que se había reconocido la autonomía de Santa Fe, aunque en carta a José de San Martín, declarándose también argentino le avisaba que la Unión de los Pueblos Libres se había anticipado en la declaración de la independencia argentina durante el Congreso de Oriente o Protocongreso de la Independencia Argentina (celebrado el 29 de junio de 1815) suscrito por las provincias argentinas federales en la entonces pequeña ciudad de Concepción del Uruguay3 . A eso se había sumado la negativa tanto del nuevo Director Supremo, Antonio González Balcarce como del Congreso de Tucumán.4 5 6 Las provincias federales habían reunido el Congreso de Oriente a mediados de 1815, convocado por José Artigas. Algunos autores afirman que este congreso declaró la independencia de España basándose en una carta de Artigas a Pueyrredón, pero la carta no menciona al congreso ni da una fecha, refiriéndose solo a la Banda Oriental. Tampoco hay ningún otro documento que confirme o insinúe que tal declaración haya ocurrido.Esta fue una clara manifestación de protesta y oposición hacia las políticas centralistas o unitarias y pro monárquicas tanto del Directorio como del Congreso de las Provincias Unidas del Río de la Plata.

    En cuanto al Paraguay, esta provincia, tras la expedición de Manuel Belgrano, actuaba como un estado independiente desde 1811, en que se había independizado de España, ante las actitudes centralistas de los sucesivos gobiernos establecidos en Buenos Aires pese al Tratado confederal entre las juntas de Asunción y Buenos Aires.

    Los actuales territorios de la Patagonia (excepto ciudades fortificadas como Carmen de Patagones que estaban subordinadas a Buenos Aires) , el Comahue y el Gran Chaco se encontraban bajo el dominio indígena o deshabitados.

    En una de sus primeras decisiones, el Congreso nombró Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata a uno de sus diputados, el general Juan Martín de Pueyrredón.

    Durante varias semanas se discutieron los alcances de sus atribuciones y su funcionamiento interno, además de tomar decisiones de política nacional e internacional. El cuerpo tenía la facultad de intervenir en casi todos los asuntos que se presentaban a su consideración, lo que provocó interminables debates.

    Plaza Independencia (antigua Plaza Mayor) en la ciudad de San Miguel de Tucumán con el demolido edificio del Cabildo y el antiguo edificio de la Catedral de San Miguel de Tucumán hacia 1812 (pintura al óleo actual).
    La presión de algunos de sus miembros, y de influyentes dirigentes nacionales —entre ellos el general José de San Martín, gobernador de la Intendencia de Cuyo— hizo que se iniciara la discusión sobre la Declaración de Independencia.

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    La votación finalmente se concretó el 9 de julio. En ese momento presidía el cuerpo uno de los representante de San Juan, Francisco Narciso de Laprida. Ningún país reconoció en ese momento la independencia nacional.

    El 21 de julio fue jurada la Independencia en la sala de sesiones por los miembros del Congreso, ante la presencia del gobernador, el general Manuel Belgrano, el clero, comunidades religiosas y demás corporaciones.7

    Las discusiones posteriores giraron en torno de la forma de gobierno que debía adoptarse para el nuevo Estado. La situación de guerra abierta con la monarquía española y la creciente injerencia del Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve hizo que, tácticamente, muchos de los que podían tener simpatías por el federalismo, decidieran abroquelarse monolíticamente en una especie de «unitarismo» coyuntural ante los ataques externos.

    Las labores del Congreso continuaron en Buenos Aires, donde comenzó a deliberar a principios de 1817, y donde sancionó la Constitución Argentina de 1819. El Congreso fue disuelto en 1820, tras la derrota del Directorio en la batalla de Cepeda, que marcó el inicio de la Anarquía del Año XX.

    Acta de la Independencia

    Facsímil del acta de la Declaración de la Independencia Argentina.
    Declarada por el Congreso de las Provincias Unidas en Sudamérica.

    En la benemérita y muy digna ciudad de San Miguel de Tucumán a nueve días del mes de julio de 1816: terminada la sesión ordinaria, el Congreso de las Provincias Unidas continuó sus anteriores discusiones sobre el grande, augusto y sagrado objeto de la independencia de los pueblos que lo forman. Era universal, constante y decidido el clamor del territorio por su emancipación solemne del poder despótico de los reyes de España, los representantes sin embargo consagraron a tan arduo asunto toda la profundidad de sus talentos, la rectitud de sus intenciones e interés que demanda la sanción de la suerte suya, pueblos representados y posteridad. A su término fueron preguntados ¿Si quieren que las provincias de la Unión fuese una nación libre e independiente de los reyes de España y su metrópoli? Aclamaron primeramente llenos de santo ardor de la justicia, y uno a uno reiteraron sucesivamente su unánime y espontáneo decidido voto por la independencia del país, fixando en su virtud la declaración siguiente:

    «Nos los representantes de las Provincias Unidas en Sud América, reunidos en congreso general, invocando al Eterno que preside el universo, en nombre y por la autoridad de los pueblos que representamos, protestando al Cielo, a las naciones y hombres todos del globo la justicia que regla nuestros votos: declaramos solemnemente a la faz de la tierra, que es voluntad unánime e indubitable de estas Provincias romper los violentos vínculos que los ligaban a los reyes de España, recuperar los derechos de que fueron despojados, e investirse del alto carácter de una nación libre e independiente del rey Fernando séptimo, sus sucesores y metrópoli. Quedan en consecuencia de hecho y de derecho con amplio y pleno poder para darse las formas que exija la justicia, e impere el cúmulo de sus actuales circunstancias. Todas, y cada una de ellas, así lo publican, declaran y ratifican comprometiéndose por nuestro medio al cumplimiento y sostén de esta su voluntad, baxo el seguro y garantía de sus vidas haberes y fama. Comuníquese a quienes corresponda para su publicación. Y en obsequio del respeto que se debe a las naciones, detállense en un manifiesto los gravísimos fundamentos impulsivos de esta solemne declaración.» Dada en la sala de sesiones, firmada de nuestra mano, sellada con el sello del Congreso y refrendada por nuestros diputados secretarios.
    El 19 de julio, en sesión secreta, el diputado Medrano hizo aprobar una modificación a la fórmula del juramento, con la intención de bloquear algunas opciones que se contemplaban en aquel momento por las que se pasaría a depender de alguna otra potencia distinta a la Española. Donde decía «independiente del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli», se añadió:

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    «…y toda otra dominación extranjera»
    El acta original, firmada por todos los miembros del Congreso, fue redactada en el libro de Actas de las sesiones públicas de dicha Asamblea. Ese libro se ha perdido. Algunos historiadores consideran que fue depositado en 1820 en la Legislatura de Buenos Aires, de donde posteriormente habría sido sustraído. En el Archivo General de la Nación Argentina lo que se conserva es una copia realizada por el secretario Serrano, a fines del mes de julio de 1816.8

    Firmantes de la Declaración de la Independencia

    Congreso de Tucumán, por Francisco Fortuny.
    Presidente
    Francisco Narciso de Laprida, representante por San Juan
    Vicepresidente
    Mariano Boedo, representante por Salta
    Secretarios
    José Mariano Serrano, representante por Charcas
    Juan José Paso, representante por Buenos Aires
    Diputados
    Por Buenos Aires
    Dr. Antonio Sáenz
    Dr. José Darragueira
    Fray Cayetano José Rodríguez
    Dr. Pedro Medrano
    Dr. Esteban Agustín Gascón
    Dr. Tomás Manuel de Anchorena
    Por Catamarca
    Dr. Manuel Antonio Acevedo
    Dr. José Eusebio Colombres
    Por Córdoba
    Eduardo Pérez Bulnes
    José Antonio Cabrera
    Lic. Jerónimo Salguero de Cabrera y Cabrera
    Por Jujuy
    Dr. Teodoro Sánchez de Bustamante
    Por La Rioja
    Dr. Pedro Ignacio de Castro Barros
    Por Mendoza
    Tomás Godoy Cruz
    Dr. Juan Agustín Maza
    Por Salta
    Dr. José Ignacio de Gorriti
    Por San Juan
    Fray Justo Santa María de Oro
    Por Santiago del Estero
    Pedro Francisco de Uriarte
    Pedro León Gallo
    Por Tucumán
    Dr. Pedro Miguel Aráoz
    Dr. José Ignacio Thames
    Por Mizque
    Pedro Ignacio Rivera
    Por Charcas
    Dr. Mariano Sánchez de Loria
    Dr. José Severo Malabia
    Por Chichas (incluyendo a Tarija)
    Dr. José Andrés Pacheco de Melo
    En esa sesión no estuvieron presentes cinco diputados:

    el coronel José Moldes (Salta), que se encontraba detenido en Salta;
    el coronel Juan José Feliciano Fernández Campero (Chichas), que estaba al mando de tropas en el frente de combate;
    el presbítero Miguel Calixto del Corro (Córdoba), que estaba realizando una misión diplomática ante José Artigas;
    el médico Pedro Buenaventura Carrasco (Cochabamba), que estaba en servicio en el Ejército del Norte;
    el diputado Juan Martín de Pueyrredón (San Luis), que había viajado a Buenos Aires para asumir el cargo de Director Supremo.